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miércoles, noviembre 23, 2005

Picoteo

P I C O T E O

Ruiseñor de distancias
hilandero de trinos
sembrador de amapolas y luceros
en la pradera de mis ansias
has vuelto a picotear
las heridas abiertas del recuerdo
el corazón está sangrando
de nostalgias
y, yo, gaviota-sensiblera
cierro los ojos mar adentro
para extender mis alas
y pensarte.

Marietta Cuesta Rodríguez

La Giralda, desde el patio de banderas (Sevilla)

Torre del Oro (Sevilla)

Plaza de Espa�a (Sevilla)

Matilde

Detalle de la Catedral de Sevilla

Una calle de Sevilla ��preciosa!!

Canal-Nyhavn (Copenhague)

Ayuntamiento de Copenhague

Copenhague

viernes, julio 08, 2005

Ha muerto Un Arbol

Se ha muerto un árbol
en la acera solo
No hay pájaros cantando
su tristeza
Solo silencio y coches
y ningún muelle en el que atracar
esta inigualable melancolía
Se va ya la tarde por la calle
rumbo a alguna plaza oscura
Los pájaros renuncian
a despedir el día
y Madrid apenas
sobrevive en el asfalto
a un atardecer más
un nuevo día.


Luis de Pablos

lunes, mayo 30, 2005

Hijo de un dios menor

Aquí está todo lo que soy
y lo que he sido
Hijo de un dios menor,
sin filiación, ni credo
Yo sé que el final empieza
cuando empieza la vida:
Ni antes, ni después,
ni tan siquiera luego
Hijo de un dios menor
de los que no quedará
ni tan siquiera
un recuerdo

Hijo de un dios menor
Filo en el viento
Ojos que nadie vio
Sin un lamento
Risa que nadie oyó
Sólo silencio
Casi silencio

Me salvará tu amor
Me salvarán tus besos

Hijo de un dios menor
Sin filiación, ni credo
De los que no quedará
Ni tan siquiera el recuerdo
Más no me quejo
perduraré en un segundo
sobre el universo
y me lo darás tú
me lo darás tú
Mi amor eterno.

Luis de Pablos

viernes, abril 22, 2005

Para Luego La Nada

Por qué sé tanto de derrotas
De nardos cercenados
de espaldas al rocío
De espejos sin azogue
cuando salgo a la mañana

Hay algo que está mal
Que ensombrece el borde glorioso
de la Aurora
y mancha de oscuro
el canto sin silencio de los mirlos

Hay algo que está mal
pero no quiero su nombre
prefiero caminar cogido de tu mano
por todos los senderos
que llevan a la gloria
Esa gloria cercana
que se ubica en algún sitio
amigo de tu pecho

Que vengan a buscarme
cuando se acabe el sendero
Taparas mi pequeña cabeza
con los dulces pañuelos
de tus besos

Para luego, la nada
Pero eso ya no importa
para entonces será

quizá ya otra historia,
ajena y ya lejana.


Luis de Pablos

La Acacia - Antonio Gala

LA ACACIA

1

Me llamó, me llamaba.
Miré en el fuego y no se consumía.
Lo anegó el agua, y era más sencillo
que el agua.
En el aire fue aire, y en la tierra
fue a veces la sonrisa o el mudable
resplandor de los astros.
Rompe el amor
la seriedad de la mañana como
la piedra ahuyenta la siesta del remanso.
Abate el bosque familiar sus ramos
y, cerrados los ojos, nos tendemos
sobre la tumba... ¿Aquí acaba la búsqueda?
No nos florece el corazón, ni cambia
el color del olvido.
La noche prohibida
devasta el trigal, tala los frutales,
sofoca con su velo la armonía
de las constelaciones. Ya se acerca
la aurora, sorteando
por la acera los cubos de basura:
ilesa vida abajo, intacta
entre las ruinas. Duerme
el cuerpo disponible
en su tronzado lecho de Procustes.
No rozará la luz
al prometido de la muerte,
ni se contagiará la muerte de blancura...
Yo sólo soy el hombre que presencia
mi vida, fijo los ojos en
el guardián del jardín.
Fueron éstas las cartas
que me correspondieron en el primer reparto.
Pero alguien hay que está
viviéndome, y respira al lado mío
el aire que me sobra.
Vendrá un día
en que yo seré el otro
y viviré lo que ahora para él vivo.
Hoy toda dicha posible quizá sea
habitar en la estéril esperanza.

2

Ah, si la hubierais visto... Si una tarde,
sentada en la ribera, la hubierais encontrado
ajena a su vibrante melodía
bajo la tarde, cerca de la acacia;
si a los pies del muro
encalado y los zócalos azules
os hubiese mirado de repente
a los ojos; si el soportal y el arco,
la verde lluvia, el ánfora y la yerba
indignos de ella os hubieran parecido;
si hubieseis visto el tiempo
que sorbe el corazón a las toronjas
ceñirse sin dañarla su cintura...
Ah, si la hubierais visto,
quizá comprenderíais.
Traía el mes de mayo entre los ojos.
Iba por mayo, libre
como un olor, liviana,
desnuda como el agua, y su andar era
lo mismo que una rosa desbordante.
Iba alumbrando mirtos y gardenias;
redimía la noche con su gozo,
y sólo su presencia -os lo aseguro-
aderezó un jardín que no se acaba.
Su cuerpo era salvaje como un río,
huidizo como un río, cuya fuerza
se renueva a medida que transcurre.
Qué abandono tan íntegro: nada hubo
comparable a su entrega,
pues es casi imposible que los lirios silvestres
se abandonen así por los taludes.
Confieso que en la alcoba yo le daba
ricos nombres de pájaros exóticos,
y que ella misteriosa sonreía
como sonreiría una flor imposible.
Bien sé que, al leer esto, los censores
rasgarán sus opacas vestiduras;
pero quiero deciros que ella fue
un jazmín blanco en el follaje oscuro,
e innumerables sus caricias
igual que el mar, igual que las hojillas
que presta abril sin tino a los retoños,
y un sabor a esperanza le mojaba los besos
de cañaduz y menta a media noche...
Era tan bella que quizá el amor
no se atrevió a elegirla como víctima.
Acaso ya entendáis por qué ahora estoy
ciego como los ojos de quien a nadie aguarda;
de qué cielo he caído, de qué alado
astro, y este dolor en que me pierdo.
Ya no podrán mis versos otras tardes
de orilla a orilla atravesar las aguas
inconstantes. No hay esparcidas vides
en los viñedos,
y el ruiseñor anida
en la negra rama enramada del silencio.
Por eso, si lo sabéis, decidme,
¿cabe bajo la tierra
un corazón enamorado?
Pues ya comprenderéis, amigos míos,
que este amor es sin duda
una historia muy triste.

3

En soledad remota
lo que fue regocijo habita y muere.
Sólo encendido un frío fuego queda
de espaldas a la noche, y suplicantes
símbolos arduos nueva vida piden.
Pero hoy el corazón tengo anegado
de ayer, y un árbol silencioso
me cobija, sin frutos y sin hojas.
La hora de las llamas
transcurrió, amargo viento,
sin consumir del todo la esperanza.
En la acacia cantó la primavera,
mordió el amor la boca del deseo,
triunfó la sangre, bella y derrotada,
manchando la traición de los jardines.
Ya he aprendido que tiene el blanco abril
su flor, y agosto su abundancia.
Sé que el mar es eterno todavía
y sé otras cosas; pero el corazón
se me ahoga en el pozo del recuerdo.
Todo estuvo en la acacia, todo estuvo...
Ahora es la acacia el árbol del silencio.

4

Rasgó el amor, en sueños, sus ropas arrogantes
y el incipiente fruto confió a la mirada.
Lo infinito se hizo pormenor de repente;
sugestiva la tarde, como un huerto cerrado.
Es hora de adornarse con la roja dalmática
y de buscar la dicha a toda costa.
La dura náusea fue el único camino
de la estancia recíproca, del júbilo
imperioso. Hoy es todo
un alegre navío engalanado...
Alzar los ojos de felicidad
es no encontrar confines,
tan sólo verdes ríos
navegados entre juncias y hosannas.
Aquello que está lejos siempre es mar...
Son demasiadas muertes para una sola vida.
En el pequeño valle
fácilmente adormecido:
la yerba se vive adormecido:
la yerba medra y brilla,
las hojas se renuevan.
Bastan los juveniles remeros violando
la eternidad efímera del agua
y el presentimiento de la mansa ribera.
Basta la sazonada cargazón de la nave
que los fluviales bueyes embelesada guían.
¿Con qué fin extender en cruz los brazos
y levantar los ojos y la frente inspirados?
Alguien hay que madura la caricia,
dócil a abril y abierto a la hermosura.
Ni el temor de escribir sobre la arena es justo ahora,
pues el rocío no se pierde en vano
ni el matiz de la menuda flor cae en el olvido...
Sé que se va la luz sendero arriba,
pero también a oscuras y en silencio se ama.

5

Pálida el alma va de tanta espera
por los oteros, tanta ciega espera
que hace languidecer el césped y la herida
de labios entreabiertos.
Pálida el alma rinde
a un vacío sosiego sus deseos,
pero la unánime turba de las lomas
un nuevo afán le enciende,
y el alma sigue, vendimiando espinos.
Porque el momento es éste, qué gozosos
el valle renaciente a la esperanza
y el ave azul veloz de la mañana.
Porque el instante es este de los atrevimientos,
jubilosos los aires se proclaman
mensajeros, y erige el sol dorada monarquía
entre los pinos y la baja tarde.
Denme rosas de olor que solloce
pálida el alma ya de tanta espera.
Consumado el presagio, como un eco
larguísimo se anuncia el doble paso
de su ternura y mi enternecimiento.
El sonoro silencio, como un trémulo
cañaveral, el índice en los labios,
impera; el ágil álamo edifica
su atención, y suspira la espadaña,
flor pensativa del arroyo;
se desnuda la brisa de armonías;
en sí medita el agua su milagro;
el sueño, consumado, y la enramada,
muda se ofrecen... Y el amor nos llega.

6

Hoy se queman los antiguos recuerdos
en una atardecer de antiguas llamas.
Voces que no entendemos nos advierten
de lo que no entendemos y nos mata,
mientras la luz a su cubil retorna
póstuma y delicada.
¿Qué hacer teniendo manos todavía?
¿Esperaremos otra vez el alba,
o dejaremos que la luna venga
a llenarla de nuevo de fantasmas?
Hoy la ciudad parece, con la lluvia,
una mano cerrada.
El ayer reverdece en la memoria
debajo de la acacia,
y el beso que nos dieron a su sombra
los labios nos abrasa.
Quién abriera paisajes
donde olvidar el alma...
Hay flores en el aire
que olvidan dar fragancia:
va envejeciendo mayo
y son ya todo filo las espadas.
Corazón nos hirieron, nos hirieron.
Ya no nos queda nada
que dar, que recibir, que arrebatarnos.
Hemos oído tantas
frases de amor a que ahora
se nos desploma sorda la esperanza...
Hoy se queman los últimos recuerdos
y se dicen las últimas palabras.

7

Miro hacia atrás y veo
la rosa innumerable.
¿Qué flor, única, acaso
sucederá mañana?
Abro ventanas y
súbitos miradores: nada encuentro
sino el tiempo acechante.
Se aproxima el esposo
por caminos de cera
y la lámpara está
apagada hace mucho.
Hay labios que suspiran
al quebrarse las luces:
unos labios ardientes malheridos
por besos que no son los que esperaba.
¿Es que sólo es posible abrir los brazos
y entrar en el silencio?
En una aguda noche me acuchilla
el seminal perfume de la acacia.
Paso al jardín y digo:
.Aquí basta el recuerdo:
me sentaré debajo de este árbol;
renovaré la historia..
Pero el agua no es fiel. Desaparece,
y queda abierta, muda,
fría, la piedra de los surtidores.
Hubo música aquí, y halagos hubo...
No se inventa un recuerdo,
ni la mano ni el arma
pueden nunca inventarse.
Miro hacia atrás y veo
repetirse las rosas.
¿Cómo saber cuál era?
Porque yo busco la última
flor, la que permanece
a pesar de las flores.
Y ahora al volver la cara veo aún
el sitio donde voy
y la rosa que busco.
Desde la antigua rama
el sabio abejaruco me advirtió
a través de la sangre: .Hallarás
al destino dormido
en anillo de fuego. Amor y muerte
son sus manos. Desiste..
Pero amaneció el día
de las consumaciones.
Ya me quemo. Ya está
clareando la tiniebla.
En tanto que haya muerte habrá esperanza.

8

Miró a mi corazón y dijo: .Aquí.
Aquí hay sitio bastante.,
y apaciguó el amor sus estorninos
sobre mis tristes olivares.
Ensanchó salas, avenidas,
la herida seca de los cauces:
desconocido quedó todo
por los pasillos familiares.
Qué cánticos de luz. Qué aromas claras.
Qué danza próxima y distante.
Cómo saltaba y florecía
por las enredaderas de la sangre.
Florecía. Saltaba. Florecía
de nuevo. Su sabor teñía el aire.
Alteradas, las ramas prometieron
redondear en frutos el instante.
¿Qué luna allí no hubiese concurrido?
¿Qué ruiseñor callara allí delante?
Ojos palparon, bocas acechadas.
Las roncas manos jadeantes
alzaron triunfos de jazmín
sobre los hombros del más frágil.
El tallo se olvidó lo que sabía
porque aprendió la flor lo que no sabe.
Oh, inesperado. Oh, anhelado.
Cuando es vivir más importante,
la lengua quiere gritar: .¡Vivo!.
(Cerrad los ojos y olvidadme.
No envilezcáis ni la alegría
de ayer, ni la tristeza que ahora hace
ponerse el sol. Todo es sagrado;
todo es fecundo y adorable.)
Porque no brotan flores de la piedra
y en Betel vence siempre el Ángel,
tañe el amor su lira de oro
a un universo irremediable.
Mudos los labios del que sepa;
muda su voz. Que sólo canten
los que en las manos tienen rosas
y siembran rosas y las pacen.
¿De qué vale la rosa imaginada
cuando hablan rosas a millares?
Yo miro manos, miro pechos,
miro relámpagos, paisajes,
nardos donde la aurora se posaba:
miré un jardín interminable.
Creció la miel que no razona
en la aridez de mis canchales.
Abrió ventanas matutinas
a relucientes pleamares...
Ya no. Ya no. Ya no encontramos
para seguir causa bastante.
Lo que ha de morir, muera; lo que ha
de pasar sin llevarnos, pase;
lo que va hacia la noche, que se oculte;
que no despierten al cadáver.
Vaya la rosas con su olor a cuestas,
el recuerdo, conmigo, y yo con nadie.
Repetiré, repetiré la dicha
que canté sonriendo, eterna, antes.
Miente la sed de quien se queda;
la verdad es de aquel que parte.
Miró a mi corazón .miraba-: .Aquí.
Aquí hay sitio bastante..
Y de un hachazo derrocó
el olivo más alto de la tarde.


Antonio Gala.

martes, abril 19, 2005


Calle Marqués de Cubas, al fondo la Calle Zorrilla y el edificio perteneciente, recientemente agregado, al museo Thyssen.

jueves, abril 14, 2005

En Esta Primavera

Entreveo tu piel
entre las sábanas
en estas mañanas
más pronto amanecidas
Dulce piel, dulce Primavera
temprano invento

Se hace el aire nieblas
la memoria olvidos
más no tú
Tú perduras, pervives
pernoctas, acampas en mi alma
como una enredadera
y trepas alta y firme
como la luz del sol
como un árbol sublime
te arrebatas y me subes

Me alzas, me liberas
Y volamos enamorados
juntos, semillas en el aire
en esta Primavera

En esta Primavera
que se me hace rumor
de agua y abedules
Que se me hace
rumor de mies
inquieta en las laderas

En esta Primavera
en que tu amor
se enseñorea del aire
y lo libera

En esta Primavera
En este ocaso enamorado
en que yo vivo
Sauce audaz, secreto y claro
Como un arroyo
limpio y feliz
Luis, siempre Luis
hasta el olvido
Luis por ti,
hombre por ti,
porque te amo.

jueves, abril 07, 2005

Rafael

Qué mal sueño te despertó
para siempre, Rafael
Qué grotesca fantasía,
te hizo llorar tanto
como para que rompieses
todos los senderos
Ahora en tu lugar, Rafael
sólo hay silencio
y un agua amarga
junto a mi alma
Una raya de oscuridad
y miedo, Rafael miedo
Si tú caíste,
si tú caíste…
Qué pasó Rafael
Qué mal rayo
te partió el corazón
te negó el cielo
Rafael, ya sin tu risa
Sólo ya, silencio...

Luis de Pablos

miércoles, marzo 30, 2005

Me Venzo

Me venzo en tu piel
como un tallo cansado
Me vence el aire,
el viento inmenso
del tiempo que se escapa
De ese tiempo infinito
que corre por las venas
como un perro espantado
por las calles vacías

Eco de todas las palabras
su aullido austero
desesperado y triste

Me vence este mano sobre mano
viendo como se acaba la gloria
y se inicia el infinito

Y mientras que se acaba
pasearé contigo
bajo sauces amables
De las manos cogidos
como viejos amantes.

Luis de Pablos

viernes, marzo 18, 2005

La Jaula

Afuera hay sol
No es más que un sol
pero los hombres
lo miran y después cantan
Yo no sé del sol
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte
se posa desnuda en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre

Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos
de realidad bailan conmigo
Yo oculto clavos
para escarnecer
a mis sueños enfermos
Afuera hay sol
Yo me visto de cenizas.

(De: Las aventuras perdidas, 1958- Alejandra Pizarnik)

jueves, marzo 17, 2005

La Vida

¿No hay dios, quizá nada
sea todo?

¿No hay nada en la esperanza?

¿Es nada acaso tu cabello
o el ritmo alegre de tu risa?

Y nada tu amor y tu palabra

Ese pájaro oculto
que tan dulcemente trina

Nada acaso tu nombre en la mañana
cuando no encuentro atadura
ni muelle, ni más bosque
en el que refugiarme
que tu nombre

Esas letras de tu nombre
tan firmemente inscritas
a golpe de alma
en mis entrañas

Si no hay nada en la esperanza
qué eres tú, que lo eres todo

Viene del viento
viene del agua
Viene del sol
de la luna
Viene de tu piel
sin duda
y llega a mi alma
y qué dulcemente
canta

Viene de todas partes
y se aleja
qué dulcemente
se aleja
contigo en la esperanza,

la vida.


Luis de Pablos

jueves, marzo 10, 2005

Pequeñas Conchas

Hay algo más detrás
más que palabras
o quizá sólo la ilusión
y una esperanza vana
Sólo la inmensidad
y conchas en la arena
Una mar imbatible
que seguirá por siempre
haciendo orilla
de la misma playa
Hay algo más que sol y azul
Que vientos y que nubes
Algo quizá de dios
o sólo la ilusión
y una esperanza vana
Sólo inmensidad
y conchas abandonadas
Pequeñas conchas solas
en una inmensa playa.

Luis de Pablos



jueves, marzo 03, 2005

Rumbo a Madrid

Se glorifica el Este
y tú, seria y callada
Yo borboteo
como una fuentecilla
hasta que se me
congela el habla
Nos dejamos algo del alma
por estos caminos
rumbo a Madrid
de madrugada.


Luis de Pablos

miércoles, marzo 02, 2005

Aquel Verano

Mientras que los inviernos se sucedan
yo lloraré contigo por esta dulce primavera
y reiré a tu lado por aquel verano
para siempre ya en el recuerdo

Luis de Pablos

viernes, febrero 25, 2005

Cómo serán las horas

Cómo serán mis horas
y mis días
De qué color mi piel
y mis cabellos
¿Sabré cómo me llamo,
cómo se dice amor
o cuanto te quiero?
Cómo olerá recién
llovido el cielo
¿Seguirá siendo azul
pasadas ya las horas
y los días dados?
Cómo será la vida
sin la vida
¿Habrá otra vez
un tiempo de barajas
y de dados?
O será quizá después
de ayer
todo ya pautado
Un sucesión cruelmente feliz
de días sin cuento
Un paraíso uniformemente
uniformado.
¡Como sería sin ti, mujer!
Un infierno,
infinitamente disimulado.


Luis de Pablos

lunes, febrero 21, 2005

MAR AMIGO

Mar amigo,
déjame que te hable
de tus aguas que quisieron
llevarme
y no pudieron.
De tus susurros de olas
como palabras de amor,
de tus aguas sonoras
que sí,
se llevaron mis secretos,
mis llantos de amor,
mis ilusiones jóvenes.
Mar amigo,
déjame que te hable
de este querer mío,
del amor de mis hijos,
de mis ilusiones y tristezas
de hoy
y de las que quedaron
allí,
junto a tus aguas quietas.


MILKA LAY

viernes, febrero 18, 2005

Con más que sentidos

Hay días
que ni siquiera los pájaros
vuelan tan alto
como mi deseo
disfrazado de nostalgias...

...."¿Y Acaso sabes que para mi hueles a frutilla con champagne, lleno de burbujas que me cosquillean por dentro y el placer del beso rojo en ese fruto corazón? Hueles a pecado redimido porque es demasiado grande el amor. Hueles a violetas, dulces y lilas, como el color del alma."."Y también te oigo, tanto en palabras, susurradas, dichas, gritadas, exclamadas por este hilo conductor que deseo tanto fuera posible transportar materia al igual que el sonido. Oigo tus suspiros, tus exclamaciones, tus historias. Oigo esa voz envolvente que me seduce de mil formas. Oigo tu deseo, en jadeos cuando te acaricio con mi pensamiento. Oigo tu risa silenciosa que ilumina todo tu rostro. Te oigo también en el silencio de desencuentros matutinos/nocturnos, en las esperas y esperanzas de mañana será. Cada caricia tuya la oigo con todo mi cuerpo, y me derrite, y me rearma, me tensa y me ablanda en un baile loco de toques imaginados que se hacen reales para los dos.""Te huelo y te oigo, te leo y te siento, estás en mis recuerdos, estás en mi presente, en cada cerro, en cada ola, en cada gaviota, en cada canción. Y estás en mi futuro, en mis esperanzas, en mis deseos, en mis sueños"."Y espero que mis sueños, deseos y recuerdos, mis esperanzas y mi futuro, te lleguen como una nube dorada y te envuelvan, y te hagan recordarme, y amarme y soñarme, aún más si es posible. Pienso que a veces los dos somos humo que en piruetas locas, suben y suben hasta encontrarse en un abrazo de hacerse solo uno, una nube, un brillo, algo único"."Y aún que te mire todo, sueño y realidad, olor, sonido y fantasía, mar que me llega desde la otra orilla, sol que calienta mis días, luna de sueños nocturnos, con que ánsias y con que avaricia te volvería a tocar, mirar, oler, desear, tener, soñar... Volver a traerte desde la punta de mi alma hasta el último de mis cabellos, pasearte por mi geografía, mis colinas, mis valles, mi nido. "

"Y entonces, si puedes por lo menos vislumbrar como te veo, fijamente, imaginariamente, con deseo y con ternura, con todo, como si yo fuera toda solo para mirarte, en el mismo momento en que yo pudiera verte así como me dices, entonces, seríamos dos estatuas de sal que se derreterian con el agua de los sueños deseados para formar un solo mar, un solo lago, un solo río, eterno río navegado por todos los hijos de los sueños y las hijas de los deseos que hemos engendrado."

Galadriel.

jueves, febrero 17, 2005


Las de Parkers, tampoco están mal Posted by Hello

Bella pintura de Bruvel. Es una maravilla Posted by Hello

Por Este Mundo

Si alguno de vosotros
se encontrara por algún lugar
con algún ángel o con algún ser estelar
decidle por favor que me venga a buscar
Decidle que no le pediré que me quite el dolor
ni tan siquiera pretenderé que me haga inmortal
que solamente quiero de él, que me pida perdón
o que al menos llore junto a mi
por este mundo, aparentemente sin dios

Y si por casualidad os encontráis
con algún ser superior;
como un político fiel
o con el emperador,
preguntádselo a él
preguntadle qué pasó
Ellos siempre tienen respuestas:
Muchas más respuestas que dios.

No me duele el dolor
ni me sale la sed
pero tengo pavor
a no saber por qué
por qué lloro mi amor.

Luis de Pablos


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