Por qué sé tanto de derrotas
De nardos cercenados
de espaldas al rocío
De espejos sin azogue
cuando salgo a la mañana
Hay algo que está mal
Que ensombrece el borde glorioso
de la Aurora
y mancha de oscuro
el canto sin silencio de los mirlos
Hay algo que está mal
pero no quiero su nombre
prefiero caminar cogido de tu mano
por todos los senderos
que llevan a la gloria
Esa gloria cercana
que se ubica en algún sitio
amigo de tu pecho
Que vengan a buscarme
cuando se acabe el sendero
Taparas mi pequeña cabeza
con los dulces pañuelos
de tus besos
Para luego, la nada
Pero eso ya no importa
para entonces será
quizá ya otra historia,
ajena y ya lejana.
Luis de Pablos
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