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miércoles, septiembre 27, 2017

Lentamente

Ya no existe
pero yo sigo sintiéndola
en el fondo de la estancia.
Y oigo su paso firme
y su dulce voz me llama.

Yo quiero que sea mi sombra,
un molde para mi alma.
Una llama en carne viva.
Un recuerdo que no acaba,
una proclama que diga
que soy yo el que la guarda.

Yo no quiero que se vaya,
no quiero dejarla irse
por más que se vaya yendo
cuando las horas fracasan
en su intento de ser vida,
cuando son sólo
dolor y desesperanza
y un grito que se va perdiendo
lentamente, muy lentamente,
por los recodos del alma.

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