Dulce corazón de las almohadas
galopadora insomne
de tantas noches blancas,
a tus lomos me acojo
en alguna madrugada
y juntos galopamos
por los senderos del alba.
Dulce corazón, suave, enamorada
con tus manos me ciñes
y en tus laberintos oscuros vago
en turbias enseñanzas.
Me alimentas de recuerdos,
con falsas vidas robadas.
Al corazón de la noche
invocas mi lúbrica hada
y me desnudas entero
a la luz de la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario