Me
acerco hoy al campo
como
a una catedral
llenándose
de fieles.
Me
convoca el silencio
de
sus naves vacías
y
el susurro del fresno
batido
por el viento.
Me
cuesta tanto hacerme daño
cuando
rondo estas campas.
Está
mi vida ansiosa
pues
llevo el alma herida.
A
veces creo verte
cuando
muere la tarde
y
el sol le pinta al cielo
de
colores cobardes.
Quisiera
encontrarte
en
este valle oscuro,
pues
tu amor permanece
e
ilumina las sombras.
A
tus brazos me acerco
como
un niño desnudo,
como
me acerco al campo
buscándolo
todo.
La
vida se arremolina
como
el viento en los chopos.
El
viento se me antoja
que
pronuncia tu nombre.
como
sueño tu boca.
Nunca
más libre que ahoraque me cercan tus besos.
Amor,
a tu ribera
acuden
los ciegosy acudo yo mismo
sin nada que me esconda.
Cuando
llegue la hora
y
todo nos convoque,me presentaré a la cita
pronunciando tu nombre.
Luis de Pablos